
Quiero que sepas que mi formación profesional fue totalmente publicitaria y desde el principio aprendí muy rápido que, al ser parte de un equipo creativo, la mayoría de las veces es muy difícil que tu nombre aparezca en los créditos del proyecto. Incluso poder utilizar parte del material para tu portafolio resulta impensable.
Pero cuando comencé en el mundo del branding, me di cuenta de que sucedía algo similar o prácticamente igual. Puedes ver identidades perfectas en portafolios de estudios alrededor del mundo, pero pocas veces conoces a las personas que realmente están detrás de cada uno de los procesos.
Al conversar con colegas y amigos, es muy común escuchar el siguiente comentario: “No me permiten publicar ni compartir nada de lo que contribuí al estudio; insisten en que la propiedad intelectual les pertenece exclusivamente a ellos”, dejando un claro descontento en todos y planteando interrogantes cruciales sobre la transparencia y el reconocimiento en el ámbito del branding.
La pregunta que debemos hacernos es: ¿por qué persiste esta práctica de ocultar el talento detrás de las marcas que admiramos? En un mundo donde la colaboración y la colectividad son clave para la innovación, resulta desconcertante encontrarse con estudios que optan por el secretismo en lugar de la celebración abierta de sus equipos.
La transparencia y la visibilidad no solo benefician a los individuos que contribuyen con su talento, sino que también enriquecen a la industria en su conjunto. Cuando conocemos las mentes creativas detrás de las marcas icónicas, no solo apreciamos su trabajo de una manera más auténtica, sino que también se fomenta un entorno de aprendizaje y colaboración.
Y esto se complica aún más cuando hablamos de la contratación de profesionales en formato freelance o estudios de naming, ya que la situación puede volverse incluso bastante hostil, llegando al punto de casi obligarlos a no dejar un solo rastro de su participación en el proyecto bajo la premisa: “Yo te contraté a ti, el cliente no tiene por qué involucrarse”. También he escuchado pretextos como: “Es que el cliente no quiere tratar con más personas, entonces es mejor que no aparezcas”.
Es hora de desafiar la norma y abogar por una práctica más abierta y justa en el mundo del branding. Celebrar a los colaboradores, destacar sus contribuciones y permitirles compartir su trabajo no solo fortalece la comunidad creativa, sino que también inspira a la próxima generación de talento a embarcarse en un viaje donde el reconocimiento y la visibilidad son tan importantes como las propias creaciones.
Pero lo más importante es ¿Qué piensas tú? ¿Todavía existen estudios que ocultan a sus colaboradores?
Y eso es todo por ahora, te invito a que escuches mi audiolibro que ya está disponible en este link
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