La industria del naming es algo muy nuevo, ya que desde hace muchos años existen personas creando nombres, pero es solo desde hace un par de años que surgieron los estudios de naming y con ellos los naming creators, es decir, las personas que profesionalizaron algo que antes era solo una actividad más dentro de un proceso.
Esta evolución conlleva un gran reto: explicar cómo funciona un estudio de naming, cuáles son los procesos, normativas, estructuras y, sobre todo, hacer entender al público que todo esto es en pro de un buen desarrollo y no recae en un gusto personal.
Recuerdo que cuando comenzamos Secretname, los primeros acercamientos de clientes naturalmente eran agencias de branding o diseñadorxs, pero poco a poco eso se fue transformando a trabajar directamente con las marcas. Esto fue principalmente por 2 motivos: Primero, las marcas nos buscaban directamente mientras más conocían sobre la industria del naming que estábamos construyendo y segundo es que las agencias no estaban preparadas para trabajar con un estudio de naming y sinceramente no era su culpa, acabábamos de surgir y nadie les explicó de qué se trataba ni cómo podían aprovechar esa relación de una mejor manera.
Sin embargo, varios años después todavía nos encontramos con agencias que buscan colaborar con nosotros o incluso con muchos colegas y que aún no tienen esta información por eso aquí quiero darles los primeros tips y como en cualquier proceso lo mejor es empezar por lo que debemos de eliminar, aquí están las 3 cosas que deberías dejar de hacer al contratar a un estudio de naming:
1.- Esperar que el estudio de naming se adapte a tu proceso.
¿Cuántas conversaciones a lo largo de tu carrera has tenido con clientes que quieren las cosas de cierta manera porque creen que esa es la mejor forma de hacerlo? Y por más que les expliques que tú eres la persona que se dedica a diseñar y es especialista en el tema y que por eso te contrataron, etc., etc. no quieren hacerte caso. Bueno, no te conviertas en ese cliente con tu estudio de naming.
Puede que sepas sobre la creación de nombres por supuesto pero al final esto es una especialidad que requiere de muchos conocimientos actualizados día a día cosa que no podríamos tener si lo hacemos de vez en cuando, por lo que aquí el único consejo es: si vas a contratar a un estudio, tú adáptate a su proceso porque ellos son los expertos en esta área y confía en ellos.
2.- Dar un precio o tiempos al cliente antes de consultarlo con el estudio.
Existen muchas variables que pueden hacer que un proyecto tenga un precio mayor o que tome el triple de tiempo desarrollarlo, por ejemplo, no es lo mismo crear el nombre para una cafetería que puede entrar en 1 o 2 clases de Niza a una farmacia que podría entrar hasta 7 u 8 y que obviamente involucra más recursos de todo tipo.
Por eso es de suma importancia que consultes con tu estudio de naming las especificaciones del proyecto, los entregables y todo lo que involucra este servicio para hacerle una correcta cotización al cliente final y no prometer cosas que muchas veces no se pueden cumplir.
3.- Peticiones basadas en diseño.
El naming no es diseño simplemente porque se rige por aspectos principalmente legales que no pueden estar por debajo de lo creativo. La cantidad de letras o palabras se deben determinar por un aspecto estratégico no de gustos ni de creencias, tenemos que seguir reglas que determinan lo que podemos o no podemos hacer.
Hoy sabemos que instituciones como el IMPI en México priorizan la distintividad sobre la descriptividad por lo que mientras menos letras o palabras tenga un nombre mayor será el riesgo de incumplir con esto.
Peticiones como: “el nombre tiene que ser de una palabra porqué si no no cabe en una etiqueta” se vuelven cosas que no solo limitan el proceso de creación si no que también podrían poner en riesgo al proyecto en muchos aspectos como el legal y el comercial.
Me encantaría saber si te ha pasado alguna de estas cosas y también estaré al pendiente de leer todas tus dudas.
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